domingo, 14 de septiembre de 2008

Una pampeana, en la "Máquina de Dios"

María Valeria Pérez Reale, de 31 años, fue la primera argentina en sumarse al mayor experimento científico jamás realizado. Nació en Santa Rosa donde estudió y se graduó como Licenciada en Física.
Una científica pampeana participó ayer del día D. Nacida y criada en Santa Rosa, María Valeria Pérez Reale está radicada en Ginebra, Suiza, desde el año 2002, cuando llegó becada al laboratorio que puso en marcha hace horas el Gran Colisionador de Hadrones (LCH, según su nombre en inglés), denominado por la prensa mundial como "la máquina de Dios", pues fue creada con la intención de lograr respuestas a las antiguas preguntas de la humanidad."Queremos saber de qué está hecha la naturaleza y cómo funciona", dijo la investigadora a LA ARENA. Valeria atendió el llamado de este diario en su casa. Eran las 18 en nuestro país y las 23 en Suiza. Relató que sobre fines de 2001 se graduó como Licenciada en Física en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam). Poco antes de recibir su título comenzó su búsqueda para determinar en qué rama de la física especializarse."Una de las becas que gané fue para venir a este laboratorio llamado CERN (Centro Europeo para la Investigación Nuclear), creado en 1954. Hay becas para estudiantes graduados en Física, Ingeniería y Computación para pasar tres meses colaborando con distintos grupos. En el verano de 2000 tuve la oportunidad de venir tres meses aquí y me enamoré (risas). Fue, como se dice, amor a primera vista. Me di cuenta que la Física de Altas Energías era el área en la que quería trabajar y estudiar", explicó.El trabajo.En 2002, Valeria desembarcó en Ginebra. Llegó para hacer un doctorado para la Universidad de Berna, también en Suiza, pero siempre asentada en el laboratorio ubicado en Ginebra. Fueron cuatro años. Una vez terminado, se convirtió en la primera argentina en ganar una plaza ofrecida por el CERN para realizar un postdoctorado. Ese proceso le insumió dos años, en los que fue coordinadora de un grupo de 30 personas de distintos países. En marzo comenzó su segundo postdoctorado, esta vez para la Universidad de Columbia, New York, siempre sin moverse de la ciudad suiza.El Colisionador de Hadrones es un complejo subterráneo ubicado en la frontera franco-suiza. Son tres anillos. En los dos más pequeños se aceleran haces de partículas y en el más grande, de 27 kilómetros de diámetro, se producen las colisiones de las mismas, liberando niveles de energía jamás registrados. En la superficie, desde cuatro detectores, tres de ellos del lado francés y el restante en territorio suizo, se observará el experimento.La tarea de la santarroseña está en el detector llamado Atlas, el ubicado de lado suizo. Se trata de uno de los más importantes. Tan sólo en ese lugar, son dos mil los científicos de 35 países que trabajan, entre los que se cuentan 700 estudiantes. Argentina participa allí desde 2005.Su trabajo se divide en dos partes: la primera consiste en asistir a muchas reuniones, a veces cinco o siete por semana, donde se discuten aspectos del proyecto, se presenta el trabajo de cada científico y el grado de avance; la segunda parte, por lo general durante el día, tiene que ver con trabajos de programación ("los físicos de alta energía tenemos que saber mucho de computación") y testeos de las distintas partes del detector.Primer haz."Este acelerador de protones va a ser el más potente del mundo desarrollado hasta el momento. Los cuatro puntos de interacción (detectores), para que uno se imagine, son como si fueran grandes microscopios", explicó. Ayer fue el día D y Valeria estuvo presente. "Tuvimos el primer haz circulando", explicó emocionada.-¿De qué modo este experimento beneficiará a la humanidad?-El laboratorio hace lo que llamamos investigación básica. Lo cual quiere decir que, como somos físicos, científicos, queremos investigar de qué está compuesta la naturaleza y cómo funciona. Tenemos una teoría, pero hay cosas que la teoría no explica, como el origen de la masa. Nuestra intención es darle respuesta a esas preguntas. Muchas personas pueden preguntarse a su vez, como es que se gastan casi 10 billones de dólares por año en este experimento: creo que la sociedad necesita el avance de la ciencia para crecer y para educar. Nosotros, en el momento en que estamos investigando, no pensamos en las aplicaciones que pueden venir. Pero una de las grandes aplicaciones del experimento anterior fue lo que llamamos la www (wold wide web). Fue inventada en 1989 porque los físicos, que estaban dispersos en varias partes del mundo, necesitaban compartir imágenes. Al construir cosas para encontrar respuestas a nuestras preguntas estamos siempre propensos a los avances tecnológicos. Otros avances surgidos de estos experimentos fueron las resonancias electromagnéticas y, más recientemente, el tratamiento del cáncer con neutrones, una forma de irradiar el cáncer y sólo matar las células dañinas, sin dañar a las sanas.

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